domingo, 23 de marzo de 2014

Terminan las ganas de nuevas historias, se acaban las sonrisas y empiezan las páginas que cuentan como era todo antes de el final'

'El reloj miente. No dura lo mismo una hora contigo que una hora sin ti. Me duelen más las palabras que los golpes. Hay gente que me deja más marca que un tatuaje.
Ni me miras ni te quiero ni te escucho ni te creo, pero siento que me muero cuando os veo juntos, cada vez me importas menos pues lo digo cuando bebo, aunque sienta que me muero cuando os veo juntos.
Cometí muchos errores, lloré por quien no debía y reí con falsas amistades. Perdone demasiado y callé muchos "te quiero" que por miedo se quedaron en el aire. Callé verdades por no hacer daño, abrace a personas que no se merecen ni el roce de mi piel, pero lo más importante es que no me arrepiento de nada, después de lo malo siempre viene lo bueno.
Y prefiero estar en el lugar de siempre y con la misma gente que habla y se equivoca y que dice "te quiero" porque de verdad lo siente.
Un sueño, y cuando suena la alarma y abro los ojos, también se abren algunas heridas y empiezo a pensar que la peor distancia que me separa de ti es el miedo que le tengo a que algún día te alejes del todo.
No te fíes si sonrío todo el rato, que no te extrañe que por dentro este to rota. Perdona si cuando me enfado grito o si cuando la lío te preocupo pero sabes que en el fondo no soy tan cabrona. Recuerdo cicatrices del ayer, hoy no me rayes y pocas veces me sale algo bien. Tú y yo como imanes, diferentes pero iguales. Tú me enseñaste a sonreír aun sin tener razones.
Estoy dispuesta a ser una ruina si tu eres el turista que pasea por ella ¿lo entiendes? Que estoy dispuesta a consumirme si es en tu boca.
Y me pierdo en ese laberinto, cuyos muros son silencios, tan altos como kilómetros de miedo, que me impiden mirarte a los ojos por si acaso no brillan cuando me miran.
Prefiero callarme a confesar qué me haces sentir, he abierto mis ojos cancelando mis enojos, y he sentido que tengo un poco más, aprovecho y me cuelo enredándote en mi pelo insistiendo en que me vuelvas a buscar, son mis labios sólo tuyos aunque besen a otros más.
A veces te odio tanto, casi como te quiero, que el infierno puede ser divertido, si estás con el demonio perfecto.
A mí es que siempre me gustaron las cosas rotas, como los amaneceres que parten en colores el cielo, las cosas rotas como una cama vacía. Como esperarte en un andén sin trenes, las cosas rotas como mi vida sin ti  o como tu vida con una cabrona que no sea yo.
Entonces entendí que la sonrisa no son los la labios, ni los dientes, ni la curva de la boca, si no el sentimiento que la provoca.
Tejiendo lunas en la madrugada, aunque otros brazos calmen mi deseo, en cada beso sin querer te buscaré, será el secreto que llevo tan dentro.
Típico: Quererte a morir o morir por quererte
Abrázame los huesos como si intentases impedir que un edifico se derrumbe. Quédate, atando con tus manos mis manos. Cántame cualquier canción a la boca. Acércate hasta hacer de la distancia un número negativo. Porque es domingo y me siento triste, siento como que he vuelto a terminar una semana sin empezar otra vida. Y sigo parada cediéndole el paso a la tristeza. Y sigo pensando en olvidarme de todo en el intento. Pero se me da fatal curarme las heridas de las que no hablo. Así que ven, porque es domingo y ni encuentro la salida.
Fue ahí cuando me di cuenta, que nunca fui tan importante como tu decías. Y no me quedan fuerzas, no me quedan fuerzas para nada, y poco a poco me caigo. Lentamente
Tú me guiabas, recogías los trozos de tiempo que iba dejando en cada carretera o libro olvidado.
Un día me dijiste que era dura, como una piedra fuerte y con cojones, que no iba a llorar nunca, lo ilógico no es que lo hiciera, ni que lo nuestro se rompiera, es que tuvieses tu la culpa'

Si el reloj sigue avanzando es que tu y yo estamos sumando, sumando decepciones que decimos imposibles pero que ocurren y nos tocan, nos equivocamos, sabemos perfectamente en qué, pero si no lo reconocemos es porque nos da miedo saber que fue únicamente por nuestra culpa, que no impedimos nada. Ambos sabemos que todo se fue apagando, como las luces de esa calle en la que todo se jodio, o como las estrellas de aquella noche tan oscura y fría, tu sonrisa no era fría solo estaba desgastada, pero yo no lo nota y fingía que todo iba bien. Y mira la complicidad que poco dura, yo iba de etiqueta, tu con la camisa rota. Acabamos con las ganas de hacer algo diferente, siempre estuvimos con la misma gente, pero aun así nada termina si no lo olvidas y aunque lo hiciera, que importaría? Si mis ojos siguen brillando igual y mis mejillas ya no están coloradas tampoco hay tantos problemas, no? Solo desventajas. De todos modos el reloj sigue avanzando, mira sigue sonando, si pasa eso es que tu y yo seguimos sumando.